Años más, años menos, muchos habrán escuchado la expresión “Pipí Cucú” como sinónimo de algo de calidad superior, buenísimo, espléndido, genial, sarpado (con S, porque proviene del lunfardo) o “buenardo”, “de ruta” o “de rúcula”, como dicen hoy los más jóvenes. Pero, ¿de dónde proviene la expresión?
Una anécdota memorable
Empecemos por decir que en el origen del modismo figuran los apellidos de dos ídolos populares argentinos: Carlos Monzón y Alberto Olmedo.
El periodista deportivo Ernesto Cherquis Bialo cuenta que la primera vez que escuchó la frase, fue de boca de Monzón. En febrero de 1974, el campeón viajó a Francia para recibir una distinción especial como el Mejor Deportista del Año.
Con él estaban Cherquis, su entrenador Amílcar Brusa y Tito Lectoure, promotor de boxeo y dueño del Luna Park. “Carlos, la persona que te entrega el premio es Valéry Giscard d’Estaing, el alcalde de París y luego presidente de Francia, que te lo dará y dirá unas palabras. Vos vas a tomar la plaqueta, te das vuelta, la mostrás, volvés hacia él y decís ‘Merci beaucoup’. ¿Entendés?”, le explicaban a un Monzón que parecía fastidiado por tanta indicación.
Pero Cherquis, Brusa y Lectoure insistían: “Carlos, ¿qué tenés que decir?”. “¡Ya sé! Mercí bocú”, castellanizaba el campeón.
Hasta que llegó el día. Aparece el alcalde, le entrega el premio y nosotros, desde abajo del escenario, le hacíamos la mímica de ‘Merci beaucoup’. Monzón asintió con la cabeza… ¡Y no va que cuando le contesta a Giscard, lo mira a los ojos y le dice ‘Pipí Cucú’!”, recuerda entre risas Cherquis.
Dos días después, Monzón derrotó a Mantequilla Nápoles sobre el cuadrilátero y regresó a nuestro país con el cinturón de Campeón del Mundo y una anécdota memorable.
La huella del negro Olmedo
¿Por qué mencionamos a Alberto Olmedo en el comienzo del relato? Porque algunos insisten en que la expresión fue inventada por el genial cómico rosarino y que se la pasó a Monzón, con quien era amigo.
Amante de la noche porteña, Olmedo siempre terminaba el día cenando en el recordado restaurante Fechoría, lugar en el que solía reunirse la farándula en las décadas del ‘70 y ‘80.
Cherquis asegura que “Era muy común escuchar a Olmedo decir ‘Pipí cucú’ cuando le llevaban a la mesa un plato de fiambres o uno de pastas. Pudo haber sido una ocurrencia del cómico, o al menos, él fue el difusor del término. Y Monzón lo adoptó porque se sentía seducido por su simpatía y su agradabilidad. A principios de los ‘70, Monzón estaba en período de receso y frecuentaba el restaurant. Existe la posibilidad de que el ‘Pipí Cucú’ se le haya pegado en aquellas noches interminables con Olmedo”.
Origen desconocido
¿Es posible que “Pipí Cucú” haya surgido del fallido ‘Merci beaucoup’ de Monzón? ¿La inventó Olmedo durante sus largas noches en Fechoría? ¿Proviene, como algunos dicen, de la fonética del inglés PP.QQ. (Perfect Quality)? ¿O será del lunfardo?
La verdad, no se sabe con precisión, aunque tampoco importa demasiado. De lo que estamos seguros es que se trata de una frase magnífica, que quedó instalada en la idiosincrasia de los argentinos.