Como si en nuestro bendito país no tuviéramos suficientes problemas, ahora sumamos “El conflicto de las gomas”. Como el lector supondrá, no estamos hablando de una vedette que rechazó el implante de siliconas. Nos referimos a la inédita situación de un paro iniciado por el Sindicato del Neumático, que tuvo como respuesta un lockout patronal. Y para variar, quedó en el medio (muy literalmente) la gente de a pie.
ARRIBA LAS GOMAS
Todo comenzó a mediados del año pasado, cuando el gremio y las empresas se sentaron a discutir paritarias. Allí se acordó un aumento del 50% en 3 cuotas. Pero a comienzos de 2022, teniendo en cuenta el índice de inflación, los sindicalistas pidieron una revisión del acuerdo. Para no hacerlo demasiado largo, en los últimos cinco meses ambas partes tuvieron 34 audiencias y no se pusieron de acuerdo.
¿Cuál es la situación hoy? No hay solución a la vista, el gremio no cede; la empresa Fate (la más grande del país, de capitales nacionales) tampoco; y tanto Bridgestone como Pirelli paralizaron su producción por la presión del sindicato en sus respectivas plantas.
El conflicto ya empezó a hacerse sentir en la cadena de suministro. Hay desabastecimiento de neumáticos, la reventa se fue a las nubes, desde el campo reclaman insumos para la cosecha, Ford suspendió dos turnos de fabricación y Toyota, temporalmente, le está colocando a sus camionetas ruedas de otros vehículos. ¿Más? ¡Por supuesto! ¿A que no sabe cuál es la modalidad de robo que creció exponencialmente junto al conflicto? La de ruedas, obviamente.
INDUSTRIA NACIONAL
A esta altura, está de más decir que Landrú ilustró con humor todos los conflictos habidos y por haber. La viñeta que ilustra esta página fue publicada en el diario Clarín en enero de 1979, en medio de una situación similar: la escasez de autopartes.
El contexto era más o menos similar. Recesión, inflación y baja de salarios. Las medidas implementadas por el entonces Ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, llevaron a que fuera más conveniente importar que producir, provocando una desindustrialización estructural. Se fueron del país empresas como General Motors y Citroen; y se cerró IME (Industrias Mecánicas del Estado), productora de vehículos emblemáticos como el Rastrojero y el “Frontalito”.
¿El dato? A medida que cerraban las empresas, se abría paso al galope una nueva industria: el cultivo de la soja, hoy por hoy, el mayor productor de divisas del país.