Landrú tenía varias cualidades, aunque existe una verdaderamente sorprendente: su poder de adivinación del futuro. Puede parecer descabellado, pero al mejor estilo Nostradamus, el humorista hizo chistes sobre sucesos que décadas después se harían realidad. Un poco por su manejo del absurdo y otro poco por las estrambóticas vueltas de nuestro país, Landrú vaticinó hechos que hace años parecían imposibles, pero luego se hicieron realidad. El más reciente, al menos cronológicamente, tiene que ver con un vehículo que forma parte de la historia argentina: el Menemóvil.
MENEM LO HIZO
El Aston Martin DB5 de James Bond; el Ford Grand Torino de Starsky y Hutch; el Volkswagen Beetle de Herbie; el DMC DeLorean de Volver al Futuro; el Plymouth Junkerolla de Los Simpsons; el Cadillac descapotable que compró Juan Domingo Perón en 1955… La lista de “autos famosos” es larguísima, aunque hoy nos vamos a concentrar en el micro de campaña que utilizó el ex presidente Carlos Menem.
El 5 mayo de 1995, nueve días antes de que Menem obtuviera la reelección, Landrú publicó en Clarín una viñeta en la que el vendedor de una concesionaria de autos le decía a un cliente que el Menemóvil “todavía” no estaba en venta. Y destacamos el “todavía”, porque un día se vendió, nomás…
AL MEJOR POSTOR
En 1988, cuando la fórmula Menem-Duhalde competía por la presidencia contra los radicales Angeloz-Casella, el riojano y el bonaerense decidieron comprar un vehículo para viajar en campaña por todo el país. Así, adquirieron por US$150.000 un micro Mercedes Benz. Como se sabe, la fórmula justicialista resultó electa y seis años después -en 1995, durante la campaña para su reelección- Menem reflotó la cábala y se movió en un lujoso ómnibus Mercedes 0 374 RSD. Ese mismo vehículo fue subastado hace unos días con los ploteos originales. La base se fijó en 6 millones de pesos y se terminó vendiendo por $18.200.000 a un comprador anónimo.
Con 67.958 kilómetros, el motor fue “hecho a nuevo” y su flamante dueño deberá restaurar, si quiere, el lujoso interior, desgastado por los años. ¿Qué tiene? Dos baños, cocina con una heladera bajo mesada, una sala de estar con ocho butacas individuales, dos mesas tipo bar, un sofá de tres cuerpos y una división tipo oficina con escritorio. Además, posee una cabina superior desmontable (por la que se asomaban los candidatos) y una antesala con mesa tipo rebatible.
A esta altura, nos surge una duda: ¿no querrá su misterioso dueño engalanar alguna de las paredes con la viñeta que se ve acá arriba? Porque Menem lo hizo… Pero Landrú, también.