“Soy adicto a Landrú” dice Carlos Parodi, con una seriedad que no da lugar a repreguntas. Tiene 58 años, es comunicador social y un Fan Clase A de la cabeza a los pies.
Lo conocimos personalmente el 3 de febrero de 2020, cuando visitó las oficinas de Fundación Landrú con una enorme cantidad de recortes y revistas que generosamente nos donó.
“¿Les digo la verdad? Me hubiese gustado ser más viejo para disfrutar a Landrú desde antes. O tener veintipico en los ’70, para apreciarlo mejor. Ya no hay humoristas como él, con esa visión sociológica y ese humor absurdo” cuenta. Y agrega que proviene de una familia de ávidos lectores, en la que también se consumían revistas como Primera Plana, Siete Días, Gente, La Nación y, por supuesto, Tía Vicenta. En todas había viñetas y con el correr del tiempo, el humor de Landrú lo atrapó. Fue ahí que comenzó a juntar chistes y recortes, que de grande usa para distraerse: “No hay mejor tónico que el humor de Landrú”, explica.
Un gran aporte para el archivo de Landrú
¿Qué nos donó? ¡De todo! Notas sobre Landrú y su obra (muchas no las teníamos), avisos ilustrados, y un centenar de páginas de las revistas Gente, El Gráfico, Somos y Vea y Lea. Además, dos ejemplares de La Nación Revista de la década del ’70; un ejemplar del suplemento “Hoy en la Cultura” con un chiste de Landrú en la tapa; y una verdadera rareza: una página de la revista Cuarta Dimensión, que dirigía el recordado Fabio Zerpa, con un chiste de marcianitos dibujado por Landrú.
Vale aclarar que antes de dejarnos el material, Carlos se tomó el trabajo de fotocopiarlo para seguir disfrutando de sus chistes favoritos, pero insistió en que la Fundación se quedara con los originales, para digitalizarlos y compartirlos con los miles de fans de Landrú.
Emocionado por haber conocido a Raúl Colombres, hijo del humorista y presidente de nuestra Fundación, nos dejó con la cálida sensación de haber encontrado un nuevo amigo. ¡Gracias por todo, Carlos!
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